EL HABLAR INNECESARIO
Luego de la expresión de emociones negativas uno nota en sí mismo o en
otras personas otro curioso rasgo mecánico.
Es el hablar. No hay nada dañino en el hecho mismo de hablar.
Pero en algunas personas,
especialmente en aquellas que lo notan menos, es en realidad un vicio.
Hablan todo el tiempo, donde quiera
que estén, mientras trabajan, mientras viajan, y hasta mientras duermen.
Nunca dejan de hablarle a alguien,
si hay alguien con quien hablar, y si no hay nadie se hablan a sí mismos.
Esto, también, no sólo debe ser
observado sino resistido tanto como sea posible.
Uno no puede observar nada si no
controla su hablar, y todos los resultados de las observaciones se evaporarán
de inmediato al hablar.
Ouspensky
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